top of page

Educación libre de Malas Influencias

La rebeldía a temprana edad en tus hijos es una señal alarmante que debería atraer seriamente nuestra atención como padre, ya que si no se corrige el problema de raíz seguramente traerá grandes transtornos en su desarrollo, acarreando fatales consecuencias no sólo en su caminar por este mundo, sino aún a la luz de la eternidad.

 

Aunque hay varias fuentes que pueden estar originando dicha conducta, una de las más comunes y peligrosas, es el contacto con las malas influencias. Los niños, que son como esponjitas, son impactados principalmente por lo que ven y escuchan. En otras palabras la influencia de otras personas ajenas al seno familiar, afectará definitivamente la conducta de nuestros hijos, no sólo la influencia de otros adultos, también niños menores o de su edad los pueden influenciar.

En I Corintios 15:33 Pablo nos advierte de este peligro: "No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres." Es claro ¿no? y esto causa que por más que nos esforcemos en enseñar a nuestros hijos los mejores valores de conducta cristiana, todo se diluye con la presencia de una sola infuencia incorrecta.

 

Desgraciadamente hoy en día vivimos en una sociedad decadente, y con el aumento de la maldad y violencia, no se diga la información a la que los niños están expuestos en la televisión, Internet, la música y aún en las mismas escuelas, saturada de mensajes incorrectos,que incitan a los niños a exigir sus derechos, dándole licencia para rebelarse contra sus padres, quienes son los que a final de las cuentas procuran lo mejor para ellos.

 

Hace un tiempo atrás, estaba yo en mi auto estacionado en uno de los más renombrados colegios particulares de la ciudad; estaba preparando un material para entregar en dicho institución, y como las ventanas de mi auto estaban polarizadas no se podía ver de fuera hacia dentro, se acercaron dos niños de entre 8 y 9 años de edad, con apariencia de niños totalmente normales, de buena familia, es decir con ropa limpia bien peinados y de inocente aspecto, se pararon junto a mi vehículo sin darse cuenta que yo estaba en el interior del mismo, yo estaba muy ocupado preparando mi material pero fue inevitable escuchar su plática, de una manera clara y sin ningún temor, comenzaron a decir las cosas más perversas que yo jamás había escuchado, ni siquiera de personas adultas. En cuanto abrí la puerta salieron corriendo con una risa cínica y sin remordimientos.

 

Por un momento me quedé perplejo pensando en el impacto dañino que una conversación como esa podría causar en uno de nuestros hijos. Esos dos niños, evidentemente fueron afectados a su vez por otras malas influencias y ellos también afectarán a muchos otros, es decir una manzana podrida, pudre toda la caja o como dice la escritura "un poco de levadura, leuda toda la masa". El problema es que sería prácticamente imposible evitar que ellos sean afectados si son parte de esa masa ya corrompida; en la actualidad todas las escuelas públicas o privadas sufren de una de una epidemia de perversión y rebeldía.

 

Es en este punto donde surge el cuestionamiento para nosotros como padres, ¿qué podemos hacer? o más bien ¿qué debemos hacer? o aún mejor ¿qué es lo que vamos hacer al respecto?, ¿nos quedaremos con las manos cruzadas viendo como es arrebatada de sus vidas la pureza, la limpieza y la inocencia de sus mentes y corazones?, o ¿tomaremos la postura cómoda de decir: "ellos tienen que adaptarse y arreglárselas por sí mismo", enseñándoles que así es la vida? Creo que no sería justo arrebatarles la oportunidad de disfrutar una infancia libre de cargas y peso de pecados que ni aún nosotros como adultos podemos soportar.

 

La solución está en nuestros mismos hogares. ¿Cómo? convirtiéndonos en un canal para que la influencia Divina edifique, limpie y proteja sus vidas. ¿Y cómo lograrlo? bueno, retomando la educación de nuestros hijos en nuestras manos. ¿Es esto imposible? de ninguna manera.

Actualmente hay muchísimas familias alrededor del mundo que están educando a sus hijos en casa y puedo decir por experiencia personal que es una de las oportunidades más preciosa que el Señor me ha concedido y es muy satisfactorio poder participar en el proceso de aprendizaje de nuestros hijos y ser nosotros mismos sus maestros y los únicos responsables de criarlos e instruirnos sanamente para un mejor desarrollo, no sólo de su educación escolar, si no también podemos participar moldeando su carácter y conducta, cosa que en las escuelas no es posible lograrlo.

 

Alguien compartió conmigo la siguiente reflexión al respecto: Cada hijo es como un cassette en limpio que has sido puesto a grabar. La pregunta es ¿Quién quieres tú que grabe en sus vidas?, ¿Permitirás que otros sean quienes tomen este privilegio?, ¿Permitirás que aún desconocidos, y en la mayoría de los casos impíos, gente sin el temor de Dios, sean los que les enseñas a tus hijos como es la vida y cómo enfrentar sus dificultades?

 

Definitivamente es un reto para padres valientes, padres que están dispuestos a sacrificar mucho de sus vidas con tal de que sus hijos puedan alcanzar la meta, no sólo en esta vida sino la meta que es Cristo.

Si tú objeción es: "¿Cómo podría yo ser un(a) maestro(a) si no tengo la preparación académica como para impartir clases?", quiero decirte que la gran mayoría de padres que hemos tomado este reto, tampoco tenemos una preparación específica como maestros, sin embargo Dios nos ha dado la responsabilidad de instruir a nuestros hijos (Por. 22:6) así es que por naturaleza tenemos la gracia dada por Dios para enseñarles. Y para la cuestión académica también Dios ha provisto una solución, la cual queremos recomendar.

 

Ministerios Hebrón ha recibido la carga por parte del Señor de elaborar un programa completo, con alto nivel académico, para la educación en el hogar. Hasta ahora es el único programa en español que cubre preescolar, primaria, secundaria y preparatoria.

Lo más hermoso es que toda la enseñanza está basada en principios bíblicos, con los estándares de una vida consagrada a Dios. El material es de la más alta calidad, el cual está continuamente actualizándose y mejorándose.

 

No permitas que este mundo se apodere de la mente y corazón de tus hijos, dictándoles cómo deben vivir. Te invitamos a tomar el reto para que tus hijos puedan marcar la diferencia y no ser arrastrados por el río de iniquidad, que corre con ímpetu arrastrando todo lo que está a su paso. Ellos podrán tener un corazón que ha sido limpiado y preparado para correr en pos del Señor y alcanzar la meta del Supremo llamamiento, que es Cristo nuestro Señor y Salvador.

 

En el amor de Cristo...

 

Pastor Jorge Díaz

 

 

 

 

 

bottom of page